La malnutrición en las personas mayores

Normalmente cuando hablamos de malnutrición en una persona, tendemos a pensar en una persona que come poco, que es muy delgada, esta demacrada, etc, pero no siempre es así.
La malnutrición en las personas  se produce cuando hay un desequilibrio, ya sea por exceso o por defecto, entre los nutrientes que ingerimos y las necesidades de nuestro organismo. Por lo tanto, la malnutrición incluye tanto a las persones que padecen hipernutrición como hiponutrición.
La hipernutrición se produce cuando el cuerpo recibe una ingesta excesiva de alimentos y nutrientes lo que produce que nuestro cuerpo fabrique un exceso de grasa provocándonos sobrepeso u obesidad.
Por el contrario, la hiponutrición se produce cuando el alimento o la energía que se aporta al organismo es inferior a la que el cuerpo necesita para funcionar, y esto provoca en nosotros una desnutrición. En muchos casos no es una cuestión de comer poco, si no de comer mal, porque, aunque estemos comiendo bastante no estamos aportando al organismo los suficientes nutrientes (grasas, carbohidratos, proteínas, vitaminas o minerales) que necesita.
Hoy en nuestro blog vamos a centrarnos en la malnutrición asociada a la tercera edad, ya que según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) entre el 25% y el 35% de los ancianos españoles que residen en su hogar, el 40% de los hospitalizados y el 60% de los que residen en residencias padecen malnutrición. La malnutrición en las personas mayores pone en riesgo su autonomía para realizar sus actividades del día a día, provoca que por su debilidad tengan más visitas al médico y más hospitalizaciones con recuperaciones más lentas, lo que hace que esta patología se haya convertido a nivel mundial en uno de los grandes males a tratar por la medicina.

Son muchos los factores que están provocando esta oleada de malnutrición en la tercera edad, entre ellos podemos destacar:

  • La mala salud dental: la falta de piezas o el dolor en las encías al masticar provoca que las personas mayores reduzcan su ingesta de comida.
  • Con la edad la digestión se enlentece, lo que hace que las personas mayores más rápidamente sientan la sensación de saciedad y coman menos.
  • Medicación: Muchos medicamentos provocan sequedad bucal, o disminución de apetito. También algunos pueden alterar el sentido del gusto provocando que la ingesta de alimentos no sea agradable.
  • Muchos de nuestros mayores viven solos, este aislamiento hace que normalmente coman peor, no les apetece cocinar para solo una persona.
  • También hay que tener en cuenta que muchas personas mayores sufren alguna patología que provoca que por sí mismos ya no puedan cocinar lo que les gustaba comer antes.
  • Tampoco podemos olvidarnos del tema económico, muchos de nuestros mayores tienen pensiones bajas que no les permiten gastar mucho dinero en mantener una alimentación adecuada.

Hay muchas señales que nos indican que una persona está sufriendo malnutrición.

Si notamos que un periodo corto de tiempo nosotros o algún familiar cercano esta perdiendo peso involuntariamente. Si siente fatiga o cansancio sin motivo aparente, nota que sus músculos están perdiendo fuerza y empieza a notar perdidas de memoria sin tener ninguna enfermedad cognitiva, sufre deshidratación o sus llagas o heridas tardan más de lo normal en curarse, es posible que este teniendo algún problema con la nutrición. Por ello es importante que acudan al medico para que les puedan ayudar a resolver este problema. Su médico les hará una planificación adecuada para su menú habitual en base a su edad, grado de actividad, patologías previas y gasto energético para así garantizar la ingesta correcta de nutrientes, proteínas, vitaminas, etc. que nuestro cuerpo necesita.
Sin duda,  la prevención y el seguimiento son elementos fundamentales para evitar la malnutrición. Una buena supervisión periódica, o la correcta formación en aspectos nutricionales de las personas que se responsabilizan de los cuidados de estas personas, son elementos muy importantes. Las personas atendidas por profesionales que cuidan de su nutrición diaria, para que sea equilibrada, ordenada y suficiente a sus necesidades, son la garantía de una correcta calidad de vida en nuestros mayores y una mejora general de su salud y estado de ánimo.

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