Secuelas de los ataques epilépticos: posibles riesgos
Muchas personas conviven con la epilepsia porque tienen la enfermedad bien controlada, aunque otras no responden igual de bien al tratamiento y precisan de ciertos cuidados, con independencia de su edad. Siempre hay un riesgo de secuelas de ataques epilépticos, motivo por el que es importante para el entorno de un paciente saber cómo reaccionar ante un ataque, incluso si la enfermedad parece estar bajo control.
Si eres tú el paciente, tener a mano una guía breve como esta puede ayudar a explicar a quienes deban pasar un tiempo contigo cómo proceder en caso de crisis. Vamos a hablar del ataque epiléptico, sus causas y peligros.
Qué es un ataque epiléptico
Un ataque epiléptico es un evento súbito y de corta duración, durante el cual se produce una actividad cerebral anormal y excesiva o sincrónica en el cerebro. Esto se mediría con un electroencefalograma, aunque también se utilizan TAC y resonancias magnéticas para intentar dar con la causa de esos ataques.
Durante una crisis epiléptica, el paciente puede llegar o no a perder la conciencia y, al contrario de la creencia popular, no siempre manifiesta convulsiones. Las epilepsias no convulsivas son menos frecuentes, pero siguen respondiendo a un mismo patrón: tejido cerebral muy excitable que, de pronto, se comporta de manera anómala.
El ataque en sí suele durar unos pocos minutos, a veces solo segundos. Sin embargo, tras la propia crisis hay una segunda etapa en la que el cerebro todavía no ha recuperado el funcionamiento normal y puede ser necesario ayudar con algunos fármacos para atenuar el dolor de cabeza, el nerviosismo o la confusión de esta etapa postictal.
Lo más importante es proteger al enfermo durante la crisis, para evitar accidentes que pueden ser peligrosos o daños neuronales.
También debes tener en cuenta que una crisis epiléptica que alcanza los 5 minutos es considerada una emergencia médica, porque puede deberse a una hemorragia cerebral o ser un síntoma de enfermedades infecciosas como la meningitis.
Cómo y cuándo puede producirse un ataque epiléptico
Las crisis epilépticas aparecen cuando el cerebro se encuentra especialmente excitable o irritado. Esto puede deberse a agentes ambientales, como una luz parpadeante en muchos afectados por esta enfermedad, o por una circunstancia anómala, como puede ser un tumor cerebral, benigno o maligno, que presione determinadas estructuras del propio encéfalo, por alteraciones en las rutas metabólicas de las neuronas o por una hipoglucemia severa.
Es importante señalar que, para hablar de epilepsia, deben darse al menos 3 crisis. Una única crisis no es suficiente para diagnosticar una epilepsia. Estas crisis suelen ser impredecibles, salvo si hablamos de esos estímulos ambientales muy específicos o cuando el paciente, sin estar curado, abandona su medicación.
La causa de las crisis epilépticas con daño cerebral suele deberse a que la lesión que queda se puede convertir en un foco epileptógeno, bien por causa metabólica o al alterarse el funcionamiento tras el daño neurológico.
Las crisis epilépticas suelen afectar más en intensidad y frecuencia a los niños y a las personas mayores de 65 años. En todos los pacientes, la mejor manera de evitar las secuelas después de un ataque epiléptico es anticiparse a los daños.
Un ataque epiléptico es, o debería ser, siempre una emergencia médica, aunque muchas veces, actuando correctamente, no llegue a darse el daño cerebral permanente.
Recuerda que hay personas que, por padecer algún tipo de dependencia o tratarse de enfermos oncológicos y no tener mucha experiencia con la epilepsia, pueden no saber explicarte qué debes hacer cuando comiencen los síntomas. Nunca está de más la información, incluso la ayuda profesional, para el cuidado de las personas con epilepsia y otras condiciones que así lo precisen.
Cómo actuar ante un ataque
- Mantén la calma y gira a la persona con la crisis hasta colocarla de lado.
- Intenta que no se muerda la lengua, pero no introduzcas objetos en su boca ni intentes realizar maniobras de respiración artificial.
- Aunque debes intentar que el paciente no se haga daño durante la crisis, sobre todo si es convulsiva, no le sujetes con una fuerza muy intensa, pues podéis lesionaros ambos. En lugar de eso, colócalo alejado de muebles, paredes o cualquier objeto con el que pudiera golpearse.
- Llama al 112, sobre todo si la crisis no remite antes de 5 minutos o si afecta a un bebé. Intenta recordar todos los detalles, especialmente cómo comenzó.
En Institució Ibars prestamos ayuda domiciliaria y también acudimos a los hospitales para ayudar con esos cuidados del enfermo que la sanidad pública no cubre (llevar o traer enseres y medicaciones crónicas, dar la comida si el enfermo lo necesita, ayudar a ir al baño y en el aseo personal, etcétera).
Cuáles son las posibles secuelas de los ataques epilépticos
Por suerte, muchos ataques epilépticos no causan daños permanentes en el cerebro, y la secuela se queda en la fase postictal, que puede durar unos minutos o unas horas. Durante esa fase, el enfermo debe estar acompañado y cuidado en todo momento.
Pero hay veces en las que sí hay daños permanentes en el cerebro, producidos por la muerte de tejido o por la destrucción de conexiones entre ellas. En estos casos, dependiendo del tipo de epilepsia, habrá uno o más síntomas:
- Envejecimiento prematuro del lóbulo temporal, en pacientes que sufren los focos en esta región.
- Posible atrofia cerebral (continúan los estudios).
- Lesiones cerebrales, asociadas a ciertos tipos de epilepsia focal.
- Se está evaluando si es posible afirmar que las crisis epilépticas que producen daños permanentes pueden causar alteraciones estructurales.
Pese a que algunos de estos daños son todavía objeto de debate, sí sabemos que las convulsiones cerebrales prolongadas, causadas por epilepsia o por fiebre elevada, pueden y suelen causar daños neurológicos permanentes.
La población suele pensar en convulsiones cuando se pregunta qué es un ataque epiléptico. En realidad, hay más de 30 tipos de epilepsia reconocidos en la actualidad, con diferencias en la manifestación de las crisis y en la respuesta a los fármacos. A pesar de la importancia de conocer las causas de la epilepsia, hoy queremos centrarnos en las secuelas de ataques epilépticos y en el cuidado que necesitan algunos pacientes con epilepsia, no solo durante las crisis.
Saber cómo actuar y cuándo hay que acudir al hospital es la manera que tenemos, de momento, de minimizar el riesgo de lesiones permanentes. Por este motivo, insistimos en la necesidad de que, si necesitas ayuda para atender a un enfermo ingresado, una persona mayor o una persona dependiente, siempre delegues en personas debidamente cualificadas, como quienes componen nuestra plantilla de asistentes en Institució Ibars. Cuidar a alguien no es solo acompañar y ayudar a ir al baño, sino saber cómo responder en todo momento y cuándo solicitar una ambulancia.
- Escrito por Institucio Ibars
- A 7 mayo, 2024
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