La disfagia en ancianos se suele ir presentando de manera lenta, lo que implica el riesgo de no ser detectada a tiempo ni por el cuidador sin experiencia ni por el propio enfermo. Desde el momento en el que no se brinda a una persona el alimento adecuado, la disfagia implica riesgo de deshidratación y malnutrición, así como atragantamientos. Además, la disfagia en ancianos con demencia es una de las principales causas de muerte por causa directa o indirecta.
Hoy vamos a ver qué es y cómo se suele manifestar este problema en las personas mayores, qué tratamientos existen y cuál es la manera correcta de alimentación en casos de disfagia en el anciano que todavía es capaz de comunicarse con el cuidador.
Cuidar a un enfermo con disfagia avanzada supone un trabajo adicional, incluso una vigilancia continua en algunos pacientes. No dudes en solicitarnos ayuda a domicilio o asesoramiento personalizado si te faltan horas o conocimientos.
Qué es la disfagia y cómo puede afectar a ancianos
La disfagia es un síntoma o una enfermedad por sí misma que consiste en la dificultad o la imposibilidad completa a la hora de tragar alimentos, a veces líquidos, otras veces sólidos y, en ocasiones, de ambos tipos. Esto incluye la propia saliva.
Existen varias causas por las que una persona puede padecer disfagia, aunque la disfagia en el anciano es un achaque más debido a la edad, que aparece en cierto grado en 1 de cada 4 personas de más de 70 años. La cifra se dispara en los casos de personas mayores con demencias o entre quienes han superado un ictus. En las etapas avanzadas de enfermedades neurodegenerativas, la disfagia suele estar detrás de muchas muertes.
¿Cómo es esto posible? Suponiendo que sepamos cómo alimentar a un enfermo con problemas de deglución y estemos siempre alerta frente a la desnutrición y la deshidratación, la disfagia avanzada hace probable el atragantamiento incluso con la propia saliva. Además, al ir pasando a la tráquea fluidos que deberían ir por el esófago, al riesgo de ahogamiento se le suma el peligro de sufrir una neumonía bacteriana, en caso de no poder expulsar todo lo que se ha desviado con la tos.
Tipos de disfagia en ancianos
Los tipos más comunes de disfagia en la tercera edad obedecen a alteraciones neurológicas y a pérdida de la tonicidad de los músculos implicados en la deglución. La disfagia en ancianos tiene tratamiento con ejercicios de rehabilitación y la ayuda de un logopeda en algunos casos, aunque lo primordial es adaptar los alimentos a las limitaciones del paciente.
En este sentido, existen tres tipos de disfagia.
Disfagia con líquidos
Este es el caso más angustioso para el paciente y el cuidador, porque hay riesgo de ahogarse con la propia saliva. Las personas con esta disfagia necesitan agregar unos polvos espesantes a sus alimentos líquidos, para pasarlos a una textura gelatinosa, mucho más fácil de tragar.
Hay veces que pensamos que al anciano se le cae la baba por una falta de reflejos, cuando lo que sucede es que él mismo la expulsa para evitar dolor o atragantamientos. Esto es algo que una persona que se puede comunicar de manera adecuada, aunque sea con frases cortas, puede contar, pero, ¿qué sucede cuando la persona mayor ya ha perdido la capacidad de comunicarse de manera efectiva?
En estos casos, la experiencia con el cuidado de otros ancianos con disfagia es de gran ayuda. La comida no solo debe tener una textura determinada, sino que el paciente necesita tragar en una posición correcta y en pequeñas cantidades.
Disfagia con algunos alimentos sólidos
Este tipo de disfagia suele presentarse de manera paulatina, aunque también puede darse de forma episódica cuando hay una inflamación de la faringe o la laringe. En estos casos, el dolor o el atragantamiento se producen con ciertas texturas de alimentos, como son los que tienen muchas fibras vegetales y se encuentran crudos, los muy sólidos y los muy secos.
Para este tipo de personas mayores, lo mejor es ofrecer alimentos seguros y proporcionar los otros que sean necesarios en forma de purés.
Disfagia mixta
En personas mayores, no es raro encontrar los dos tipos anteriores de disfagia a la vez.
Otras formas de clasificar la disfagia en ancianos
Se puede hablar de disfagia orofaríngea y disfagia esofágica, dependiendo del punto donde se produce el fallo en el proceso de masticación y deglución, y de disfagia por causas físicas (tumores, estrechamientos por inflamación, etcétera) o por motivos neurológicos.
Qué cuidados precisa un anciano con disfagia
Controlar que no se produce desnutrición paulatina
Cuando la disfagia va asociada a la edad o a un deterioro neurológico que avanza lentamente, el cuidador puede ver que el paciente pierde peso y creer que es por la edad, incluso notar rechazo a ciertas comidas sin llegar a establecer una relación causa/efecto.
En el caso de la disfagia por antonomasia, la que afecta a la deglución de líquidos, el rechazo a la ingesta de alimentos hace que exista riesgo de deshidratación en pocos días, si se juntan varios factores como el calor excesivo o un proceso infeccioso. Los ancianos se deshidratan casi con la misma facilidad que los niños pequeños.
Delegar la preparación de las comidas y el control mientras se ayuda a comer a la persona mayor en una persona con experiencia te ayuda a ir entendiendo cómo saber si la persona a tu cuidado rechaza los alimentos por estar lleno, por anorexia o por disfagia.
Adaptar la textura de los alimentos
Como es evidente, si una persona ya no puede tragar ciertas texturas de alimentos o de bolo alimenticio, hace falta nutrirle e hidratarle con otro tipo de alimentos, desde líquidos espesados hasta purés.
Ejercicios
Existen ejercicios para la disfagia en ancianos que son impartidos por personal debidamente formado para trabajar con personas mayores, excepto en los casos en los que la persona mayor mantiene intacto su lenguaje y puede desplazarse hasta el centro médico o el hospital donde se enseñan.
Como esto último no es lo habitual con personas mayores o cuando no es compatible con el horario de los cuidadores, existe la alternativa de llevar a los terapeutas al propio domicilio, con servicios como los que ofrecemos en Institució Ibars.
La disfagia en ancianos es peligrosa, sobre todo cuando el cuidador o familiar no la detecta a tiempo y también en fases avanzadas. En el caso de personas mayores con demencia, la proporción de pacientes con algún grado de disfagia roza el 50 %, y aumenta a medida que avanza la enfermedad neurodegenerativa de base.
Cuidar y vigilar a una persona mayor con disfagia es complicado, no es lo mismo que ayudar a una persona joven capaz de comunicarse bien, o incluso de prepararse sus propios alimentos. Si necesitas ayuda para elaborar las comidas, para dar de comer a ese familiar a tu cuidado o información sobre cómo planificar los menús, puedes ponerte en contacto con nosotros.