Alzheimer fases, signos y síntomas
El Alzheimer es en los últimos años el tipo de demencia más extendida, cuyo proceso comienza con una destrucción de neurona que poco a poco merma la capacidad cognitiva de los enfermos.
Por ello los enfermos de alzhéimer pueden presentar inicialmente problemas sociales, para posteriormente ir perdiendo su capacidad cognitiva.
Con el envejecimiento progresivo de la población, esta enfermedad ha ido cobrando mayor protagonismo.
En la actualidad no existe una cura para la misma. Es cierto que la investigación sobre la enfermedad ha dado resultados importantes en el origen de la enfermedad, en su posible detección precoz.
Inicialmente los primeros signos o síntomas que se manifiestan en procesos de demencia en general y en el Alzheimer en particular son:
- Deterioro de la memoria, como, por ejemplo, dificultad para recordar eventos
- Dificultad para concentrarse, planificar o resolver problemas
- Problemas para completar tareas diarias en el hogar o en el trabajo
- Confusión con respecto a los lugares o el paso del tiempo
- Dificultades visuales o de espacio, como no comprender distancias al conducir, perderse o extraviar cosas
- Problemas de lenguaje, como, por ejemplo, problemas para encontrar palabras o vocabulario reducido al hablar o escribir
- Mal juicio al tomar decisiones
- Retraerse de eventos laborales o compromisos sociales
- Cambios en el estado de ánimo, como depresión u otros cambios en el comportamiento y la personalidad
Naturalmente estos síntomas pueden generar una alerta inicial, pero no son determinantes para diagnosticar la enfermedad. Por ello al detectarlo se hace necesario se acuda a un profesional de la neurología que realice el adecuado estudio y diagnóstico.
Evolución de la enfermedad
El Alzheimer suele evolucionar en diferentes etapas, que en este artículo estamos simplificando en tres básicas. Durante estas etapas la evolución es incierta. Ya que esta enfermedad no tiene un ritmo establecido, en función de la persona, la enfermedad evoluciona más lenta o rápidamente y cada etapa puede durar más o menos tiempo. De ahí la angustia que provoca en enfermos y familiares. Lo importante, seguir las pautas dadas por los profesionales.
Aunque el Alzhéimer mantiene siete fases que pasamos a detallar:
Primera Fase: Normalidad
A cualquier edad las personas pueden estar libres de síntomas objetivos o subjetivos de deterioro cognitivo y funcional.
Aparecen cambios de humor y de conducta, pero tampoco se pueden atribuir exclusivamente a personas con alzhéimer.
Segunda Fase: Olvidos, que se achacan a la edad.
Las personas que tienen estos síntomas muchas veces lo achacan a la edad. Surge cuando aparecen las primeras dificultades para saber dónde se han colocado las cosas, olvidos puntuales.
El comenzar a tener pequeños olvidos tampoco es un síntoma determinante, pero se ha de observar su evolución. Porque para las personas cercanas son síntomas que no resultan determinantes.
Tercera fase: Deterioro cognitivo leve
Esta fase puede durar de dos a cuatro años en función de los casos, aunque puede prolongarse hasta los seis, siete años en los casos de evolución más lenta de la enfermedad.
En esta fase es cuando en el intervalo de dos a cuatro años, comienzan a manifestarse síntomas de demencia. Lo habitual es que las personas que no tienen una vida social intensa y no realiza actividad profesional alguna, tampoco vea sustancialmente mermada sus facultades de una manera evidente para familiares o amigos.
Suele ser habitual que ya inmersos en esta fase, incluso a final de la misma, cuando ya por fin, se vaya al médico, en busca de un diagnóstico inicial.
En esta fase es importante mantener una cierta ocupación del enfermo que implique una actividad física y cognitiva adecuada.
Cuarta Fase: Comienzo de un alzhéimer leve
La duración media de esta fase está en torno a los cuatro años de media, aunque como siempre hemos referido, en este artículo, la evolución depende de cada persona.
Ya en esta fase se manifiesta la pérdida de capacidad para llevar a cabo tareas complejas como la organización de la vida diaria, la organización de las finanzas del hogar, horarios u otras actividades que requieran una mínima planificación.
En esta fase, la persona puede tener problemas para recordar eventos recientes como algún acto familiar o social. Si ha salido o no a comprar o a dar un paseo.
También puede comenzar a tener problemas para recordar el día de la semana, el mes o año. Aunque todavía es capaz de reconocer a su entorno, recordad donde vive o noticias generales de su entorno.
En esta fase las personas con síntomas de alzhéimer todavía pueden mantener una cierta autonomía. Aunque tienen dificultades para recordar comidas, recetas o hace la compra. Pero puede interactuar con la familia.
A nivel emocional y afectivo, se produce un retroceso en su comportamiento. Una actitud más retraída y menos sensible de lo normal. Mas introvertido en su comportamiento, que normalmente está vinculado a la negación de su situación. Vive con un tremendo estrés, e intenta en la medida de lo posible esconder a las personas más cercanas.
Ya en el comienzo de esta etapa, el diagnóstico suele ser bastante certero por los especialistas.
Quitan Fase: Fase moderada de evolución del Alzheimer
Esta fase más profunda tiene una duración menor, de uno a dos años, en función de los casos.
En esta etapa se produce un deterioro definitivo para realizar tareas diarias básicas como saber cuándo ducharse o elegir la ropa para vestirse. Es frecuente que repitan diariamente la misma ropa hasta que no se les indica el cambio. Igual puede suceder a la hora del baño.
Los pacientes ya no pueden valerse por ellos mismos, por lo que necesitan una asistencia permanente, tanto para revisar sus obligaciones personales, llevarles las finanzas, como para las tareas cotidianas. Mantener la alimentación, higiene, medicación.
Es cuando más dura se hace la situación a los cuidadores familiares. Ellos que aumentar el esfuerzo diario con los cuidados, añadiendo a ello, la situación personal ante el estado de un ser querido.
La memoria lejana que era consistente hasta esta fase también comienza a sufrir un deterioro. No pueden recordar el nombre de una vieja amistad, o de donde estudiaron. Ya puede que no recuerden el año o día en el que estamos.
Ello provoca la aparición de los primeros síntomas de ira leve, ante la desorientación que tienen.
Sexta fase: Situación moderadamente grave de la enfermedad
Esta fase tiene una duración de dos a tres años máximo, y dentro de la misma van entrando en subetapas que se van pasando una extremada rapidez a ojos de las familias. La evolución de la enfermedad comienza a coger demasiada velocidad.
- Además de haber perdido la capacidad para tomar decisiones básicas como el vestir o comer, además ya deben ser ayudados a hacerlo. En caso contrario podemos encontrarnos enfermos que se pongan la ropa al revés.
- Los enfermos pasan de tener que ser llevados a la ducha, a perder la habilidad para su higiene diaria. El tipo de higiene o cuestiones como la temperatura del agua ya no la controlan. Necesitan ser ayudados para el resto de la higiene personal diaria.
- Los enfermos ya no son capaces de desenvolverse en el baño o en la habitación, no pueden estar solos, deben de estar siempre supervisados.
- Comienza la incontinencia urinaria, se hace necesaria la utilización de ropa de cama adecuada a esta circunstancia, acompañar a la persona frecuentemente al baño y la utilización de pañal.
- Se produce la incontinencia fecal.
En ese momento los síntomas cognitivos son bastante severos. La persona carece de orientación, desconoce la estación del año, día, o su dirección actual. Puede dejar de conocer a miembros de la familia o simplemente confundirlos. A su mujer con su Madre o a su hijo con su marido etc.
En esta sexta etapa de alzhéimer los síntomas cognitivos son tan severos, que la persona no sabe cuál es su dirección actual o reconocer las condiciones climáticas. El enfermo puede confundir a su esposa con su madre, o simplemente, no identificar a miembros cercanos de la familia.
Ya no será capaz ni de contar hasta diez. Puede perderse en ocasiones por su propio domicilio si este es muy grande. Por lo que cualquier cambio puede provocar una gran desorientación.
Es frecuente en esta etapa que ya comience a realizar cosas, abrir cajones sin una finalidad concreta. La frustración y el miedo aumentan mucho más. En algunos enfermos puede provocar conductas violentas, al sentirse totalmente desorientados y desubicados.
En esta etapa su dependencia es total, la paciencia, el saber entender la enfermedad, el trasmitirles cariño y seguridad es importantísimo para evitar las situaciones de ira y estrés.
Séptima fase: Etapa de Alzhéimer severo
Esta fase es de duración incierta o indeterminada. Es evidente que, en esta etapa, la evolución de la enfermedad hace que el enfermo pierda ya casi toda la comunicación con su familia. Esta fase tiene la siguiente evolución:
- El lenguaje se hace tan limitado que los enfermos de alzhéimer en esta fase apenas pueden pronunciar seis o diez palabras inteligibles a lo largo de una conversación con ellos.
- Continúa la evolución de la enfermedad hasta que ya tan solo son capaces de pronunciar alguna sola palabra o ninguna.
- Una vez perdida la capacidad del lenguaje, comienzan a olvidar el caminar, por la propia evolución de la enfermedad, cognitivamente no son capaces de caminar.
- Si el enfermo ha logrado superar la fase anterior, suele durar entre de seis a doce meses aproximadamente el siguiente paso, en el que después de perder la capacidad de caminar pierde la de sentarse de forma independiente. Por lo que hay que apoyar al enfermo convenientemente en un sillón o silla, de lo contrario caerá.
- Todavía tendría otra fase posterior que puede durar de doce meses a un año y medio. En el que se pierde toda capacidad y habilidad para mover la cara, ya no puede sonreír, solo realizar leves muecas faciales.
- Posteriormente el deterioro le lleva a perder la capacidad para sostener la cabeza, por lo que precisa de mayores cuidados y atención para realizarle los cambios posturales adecuados.
- La última fase de la enfermedad aparece una evidente rigidez física y deformaciones en forma de contracturas. Los daños neurológicos son muy evidentes y provoca también cambios físicos. Pero estos cambios provocan la aparición de los reflejos infantiles o más primitivos, que aparecen en los bebés. Los reflejos de succión, presión o el plantar de extensión. Pero debido al mayor tamaño y fuerza del enfermo de alzhéimer en comparación con un bebé, estos reflejos pueden complicar los cuidados. Siempre se recomienda en esta fase la atención de profesionales especializados, que pueden garantizar una adecuada asistencia.
- Escrito por Institucio Ibars
- A 10 diciembre, 2018
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