La soledad es uno de los grandes enemigos de nuestros mayores. El ser humano por naturaleza es un ser social. Desde que nacemos hasta que morimos necesitamos tener contacto con otros seres humanos para vivir. Por eso las personas mayores también necesitan sentir que forman parte de la sociedad y sobre todo de su entorno mas cercano.
En España la esperanza de vida es de 79 años para los hombres y 85 para las mujeres. Esto nos convierte en el país más longevo de la Unión Europea. En pocos años la esperanza de vida se ha disparado lo que nos ha llevado a una situación hasta ahora totalmente inaudita. La proporción de personas mayores respecto a la de jóvenes es cada vez más grande.
La RAE define la soledad como “Sentimiento de tristeza o melancolía que se tiene por la falta, ausencia o muerte de una persona”. Por lo tanto, la soledad como cualquier otro sentimiento es subjetiva. Esto quiere decir, que, aunque una persona tenga un cuidador que lo acompañe en su domicilio o este ingresado en una residencia rodeado de otros compañeros y trabajadores, la persona se puede sentir igualmente sola.
Principal causa de la soledad en nuestros mayores
Con el paso de los años, las enfermedades les impiden seguir haciendo las actividades de las que antes disfrutaban. Las barreras arquitectónicas como la falta de ascensor en muchas viviendas, la lejanía con la familia, la pérdida del conyugue, de algún otro familiar o de los amigos o incluso los bajos ingresos económicos, van haciendo mella en las personas. Hacen que su círculo social sea cada vez más reducido, incluso nulo. Estas circunstancias los llevan hacia un sentimiento de soledad que puede provocar efectos nocivos para su salud.
Hay que intentar que, a pesar de las trabas, las personas mayores hagan frente a la soledad. Tenemos que conseguir que acepten las pérdidas sufridas como ley de vida y que miren hacia adelante haciendo nuevas amistades. Una estrategia válida es hacerlos participes en las actividades del barrio o que dentro de sus posibilidades tengan sueños por cumplir que les den ilusión para seguir viviendo.
Con la llegada del año nuevo todos nos proponemos propósitos que finalmente casi nunca cumplimos. Desde Institució Ibars os proponemos uno muy sencillo: dedicarle un poco mas de tiempo a nuestros mayores. De esta manera combatimos la soledad en nuestros mayores, con un simple gesto.
Todos llevamos un ritmo de vida frenético en el que siempre nos falta tiempo para hacer mil cosas. Pero seguro que organizándonos un poquito podremos encontrar 5 minutos para llamar a nuestros padres o abuelos. Es importante encontrar un pequeño hueco para hacerles una visita inesperada. No debemos esperar a que sea una fecha señalada para hacerlo. Estos pequeños gestos ayudarán a que aliviemos su sentimiento de soledad y aumentemos su felicidad. Cuando nosotros seamos mayores también nos gustará que nuestra familia encuentre tiempo para dedicarnos.