Falta de apetito en ancianos: ¿a qué se debe?
La hiporexia o pérdida parcial del apetito es algo común en ancianos. Comienza a ser un problema frecuente a partir de los 50-60 años y es muy común entre la población octogenaria.
La pérdida de apetito en ancianos obedece a factores biológicos, pero también puede ser el síntoma de una enfermedad física o mental. Por ello es tan importante distinguir entre la falta de apetito en personas mayores debido a que su cuerpo no necesita tanta energía y los casos que conducen a la desnutrición o a una malnutrición.
¿Por qué se produce la falta de apetito en ancianos?
El metabolismo tiende a hacerse más lento a medida que envejecemos, es algo normal. Algunas personas comienzan a ganar peso porque mantienen su apetito invariable, mientras a otras se les va reduciendo, en parte debido a que también vamos realizando una actividad física menor.
Pero cuando ya somos personas mayores las digestiones se hacen peor y hay toda una serie de factores que pueden llevarnos a comer menos y a comer mal. Entre ellos se encuentran los efectos secundarios de algunos fármacos, pero también cuestiones psicológicas como la falta de ganas de cocinar.
Seguro que conoces a alguna persona mayor que tiende a comer siempre lo mismo, algo rápido como pan con leche y terminan necesitando ser ingresado en un hospital por una anemia. En estos casos entran en juego cuestiones como la fatiga física o la depresión, incluso el hecho de que cocinar para uno solo no invita a menudo a realizar comidas laboriosas.
¿Qué es la hiporexia?
La hiporexia no es otra cosa que la pérdida parcial de apetito, aunque se suele hablar de hiporexia cuando esta pérdida de apetito alcanza un grado en el que la salud de la persona termina por resentirse.
El apetito en ancianos suele ser menor, si bien hablamos de hiporexia cuando las personas comen demasiado poco y no llegan a cubrir sus requerimientos nutricionales.
¿Qué se puede hacer frente a la hiporexia?
Hay comidas para ancianos sin apetito y otras formas de comer más efectivas cuando no hay apenas hambre. En lugar de realizar dos comidas copiosas al día, podemos lograr que nuestros mayores se alimenten mejor con las cinco comidas recomendadas, repartiendo en ellas las cantidades de manera más o menos equitativa.
Por otro lado, si hay algo de depresión o de aburrimiento por la rutina, el presentar la comida de forma vistosa puede ser un estímulo para nuestros mayores.
Pero ¿por qué un anciano deja de comer la mayoría de las veces? Porque nota que la comida le sienta mal. Las dispepsias suelen ser origen de muchos problemas a la hora de alimentarse correctamente entre personas mayores.
Por ello, conviene priorizar los menús que aseguren el aporte de proteínas adecuado para la edad que sean a la vez de fácil digestión. Los pescados blancos suelen ser bien tolerados por las personas con problemas digestivos, y los huevos cocidos o escalfados representan también una buena fuente de proteína de calidad sencilla de digerir.
Con respecto a las recetas con salsas, hemos de vigilar que esas salsas no sacien a la persona mayor antes de tiempo. Una salsa puede hacer más apetecible un plato proteico con respecto a su cocina a la plancha, pero debemos ser cuidadosos con los ingredientes de esa salsa, no abusar de las grasas o de especias como el ajo el picante si hay dispepsias. En general, los purés se digieren mejor y también se tragan con facilidad.
Conclusiones
Por último, si una persona mayor pierde el apetito de manera repentina es probable que la hiporexia sea el síntoma de una enfermedad, orgánica o psicológica. En tales casos conviene realizar un chequeo.
Llega una edad en la que se va perdiendo el apetito por diversos motivos. En muchos casos, se pierde más apetito del que sería necesario para compensar el hecho de necesitar menos calorías al día, y aparece un riesgo real para la salud.
La hiporexia se combate con comidas variadas, pero de fácil digestión y cuidando que las texturas sean adecuadas para quienes tienen problemas de deglución. La presencia también puede ayudar, así como cocinar para nuestros mayores en lugar de dejar que se preparen ellos lo primero que encuentren. Si no podemos tener lista una comida diferente cada día para nuestros padres o abuelos con pérdida de apetito, toca valorar la conveniencia de solicitar una ayuda a domicilio, que también puede encargarse de atender a que nuestros mayores de verdad comen raciones adecuadas, pues ese es otro problema de la hiporexia.
- Escrito por Institucio Ibars
- A 17 marzo, 2021
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