Conforme pasamos de una edad situada en torno a los 60 años, aumenta la posibilidad de presentar enfermedades que no son exclusivas de la vejez. La enfermedad llamada gota es un ejemplo típico por sus posibles causas.
De ahí que, si tenemos a personas mayores a nuestro cargo o si convivimos con ellos, necesitamos saber que no pueden comer lo que gusten, aunque no les haga daño. Los mayores necesitan dietas adaptadas a sus requerimientos nutricionales para evitar la gota y la hipercolesterolemia.
En ocasiones también necesitan medicaciones específicas porque la dieta no es suficiente.
¿Qué es la enfermedad de la gota?
La gota es un tipo de artritis
, es decir, un problema inflamatorio que afecta a las articulaciones. En el caso de la gota, lo que causa la inflamación y el dolor articular es la acumulación de cristales de ácido úrico en ciertas articulaciones concretas.
Esto se debe, en la mayoría de los casos, a que los riñones ya no funcionan al 100 % con respecto a cómo lo hacían en la juventud y, con menor frecuencia, a una alimentación desequilibrada. En casos puntuales, la gota puede estar asociada con algunos tipos de cáncer y lo que sí es más frecuente es que exista una predisposición genética.
Síntomas de la gota
Una vez aclarado qué es la enfermedad de la gota, toca hablar de su sintomatología.
Se escucha hablar a menudo del dolor en el dedo gordo del pie como síntoma inequívoco de gota. Si bien es cierto que los síntomas de la gota suelen afectar a estos dedos, a los pies, los tobillos y las rodillas, hay más factores que pueden causar ese famoso dolor del dedo gordo. Para hacer más complicado el asunto, no todas las personas que presentan niveles elevados de ácido úrico en sangre u orina presentan síntomas de gota.
Estos síntomas van más allá del dolor articular. Te dejamos una lista con los más frecuentes:
- Enrojecimiento y dolor de las inflamaciones afectadas. Este dolor suele empeorar de noche y puede llegar a ser insoportable.
- En ocasiones, las articulaciones inflamadas por la gota se notan calientes al tacto y presentan molestias o dolores pulsátiles.
- La gota suele presentarse en episodios que duran varios días y se conocen como ataques de gota. Durante ellos, hay pacientes que presentan fiebre.
¿Cómo evitar la gota en personas mayores?
A partir de ciertas edades, unas analíticas alteradas, con valores elevados de ácido úrico en sangre, pueden hacer aconsejable el consumo de ciertos medicamentos que ayuden a que se disuelvan los cristales de ácido úrico de las articulaciones en caso de haberlos. En cualquier caso, si los análisis alertan, hay que adaptar la dieta y el estilo de vida para evitar la gota y sus consecuencias.
Consejos para elaborar una dieta ideal
Partiendo de los criterios que debe cumplir la dieta de una persona mayor como la que ayudamos a definir en Institució Ibars, se sustituirán los alimentos más ricos en purinas por otros que aporten los mismos nutrientes. De manera general, se deben restringir las carnes rojas y el consumo de algunas especies de pescados azules y de mariscos, y la casquería pasa a estar desaconsejada.
Te estarás preguntando por qué es tan importante la dieta cuando aparece la enfermedad de la gota si no es el agente causante más importante. La respuesta es que no podemos forzar a los riñones y al hígado a ser más eficientes. Por ello, cuando estos órganos empiezan a trabajar con dificultad, lo que se hace es aminorar la carga de trabajo.
En el caso de la gota como enfermedad y del control de sus síntomas, el alcohol es casi un veneno, peor incluso que la casquería. Incluso la aparentemente poco etílica cerveza. Si tus mayores han sufrido episodios de gota, el alcohol debería eliminarse o, al menos, restringirlo a pequeñas cantidades en celebraciones puntuales.
Por lo demás, no es difícil ni caro sustituir unos alimentos ricos en purinas por otros que no lo sean, manteniendo todos los nutrientes y sin aumentar las raciones. Si tienes dudas, puedes solicitar que un asistente a domicilio acuda a preparar la comida y a ayudar con las tareas del cuidado de la persona mayor o enferma durante un tiempo.
Tú te vas fijando en qué carnes, pescados y verduras no aparecen en el plato o lo hacen en raciones muy limitadas y en cuáles son los alimentos seguros, en caso de que la persona a tu cuidado goce de buen apetito. Ten en cuenta que una dieta baja en purinas jamás está contraindicada, a condición de que sea equilibrada, por lo que tú también puedes ir adquiriendo hábitos que te ayuden a prevenir la gota en el futuro.
Peso y ejercicio
Las personas obesas tienen mayor tendencia a presentar ataques de gota y a sufrirlos de manera menos alejada en el tiempo. El ejercicio físico suave como los paseos también ayudan a espaciar o evitar los ataques de gota.
Si la persona a tu cuidado no puede realizar ningún tipo de actividad física, intenta al menos que se mantenga en un peso razonable, sobre todo si ha sufrido crisis de gota o presenta unas analíticas con niveles elevados de ácido úrico.
La gota no es una enfermedad exclusiva de personas mayores, aunque sí es una de tantas que afectan con más frecuencia a la población de edad avanzada. Para evitar la gota se recomienda una dieta baja en purinas, mantener un peso saludable y realizar cierta actividad física.
Cuando la persona tiene una edad avanzada, esta dieta debe asegurarle todos los nutrientes sin forzar su aparato digestivo.