Depresión en ancianos: ¿cómo puedes ayudar?
Cerca de un 25 % de la población anciana presenta algún trastorno psiquiátrico, siendo la depresión la enfermedad más frecuente. Pero la depresión en los ancianos es diferente a la que sufren las personas jóvenes, de igual manera que la depresión infantil tiene sus propios síntomas.
¿Cómo tratar la depresión en personas mayores, cuyo cerebro realiza menos sinapsis neuronales y cuando el cuerpo no permite, en algunos casos, aprovechar los beneficios del deporte como antidepresivo?
Posibles causas de la depresión en ancianos
Antes de enumerar las causas más frecuentes de depresión en personas mayores, recuerda que hablamos de gente que puede no contar con la esperanza de curarse y empezar de nuevo desde cero. Esto hace que las depresiones en los ancianos suelan tener peor pronóstico que en otras edades.
Los motivos que llevan a una persona mayor a sufrir depresión no suelen ser diferentes a los que pueden afectar a un adulto joven:
- Enfermedad incapacitante o dolorosa de larga duración. Enfermedades crónicas y degenerativas
- Muerte de un ser querido, en especial del cónyuge cuando los hijos ya no viven en el hogar. Esto rompe la rutina de la persona mayor y su cerebro ya no puede adaptarse a los cambios con la misma facilidad de hace unos años.
- El propio hecho de que los hijos, de haberlos, abandonen el domicilio para hacer sus vidas. Hoy en día muchos deben vivir alejados de sus padres por motivos de trabajo, lo que hace que las visitas se deban espaciar largos periodos de tiempo, a diferencia de lo que sucede cuando los hijos y los nietos residen en la misma población o, al menos, a pocos kilómetros del hogar de los mayores.
- Algunos fármacos empeoran los cuadros de depresión a cualquier edad, pero este tipo de efectos secundarios suele afectar más a la población anciana.
- Las demencias y el Parkinson suelen ir acompañadas de cuadros depresivos permanentes o estacionales.
Síntomas de la depresión en personas de la tercera edad
Los síntomas de depresión en personas de la tercera edad suelen coincidir con los que presenta cualquier adulto, pero se corre el riesgo de no detectarlos porque se confundan con problemas orgánicos asociados a la edad avanzada: falta de apetito, insomnio o mala calidad del sueño, fatiga física o mental.
Los síntomas de depresión en un adulto mayor pueden no incluir algunos síntomas frecuentes, aunque no necesariamente siempre, en la población más joven como pueden ser los episodios de llanto. Una falta de atención a la higiene personal podría interpretarse como “cosas de viejos” y tratarse de un síntoma más de depresión. En general, las emociones que transmiten las personas mayores afectadas por depresión suelen ser más contenidas que cuando la enfermedad afecta a una persona muy joven.
¿Cómo ayudar a un anciano con depresión?
Para combatir la depresión en ancianos, en primer lugar se deben intentar controlar los síntomas como el dolor en caso de ser el detonante, y aplicar estrategias que ayuden a tener la mente distraída. El ejercicio adaptado a la edad siempre es recomendable, pero si una discapacidad lo hiciera inviable, los paseos y las actividades culturales pueden ser otra manera de combatir la depresión.
En caso de necesidad, el médico puede recetar medicamentos antidepresivos, pero con una dosis ajustada al peso y a la edad del paciente.
Para ayudar a un anciano con depresión se necesita paciencia y poder dedicarle tiempo. Si nuestra jornada laboral no nos permite acompañar a nuestro ser querido a paseos en horas de luz o a visitar a alguna amistad suya, siempre podemos acudir a profesionales en la ayuda domiciliaria para que nos sustituyan unas horas a la semana. Estos profesionales no pueden suplir las charlas al llegar a casa o el trato cariñoso del entorno más cercano. Pero sí ayudar con los ejercicios físicos o con las salidas del hogar, en especial si la persona deprimida presenta algún problema de movilidad.
- Escrito por Institucio Ibars
- A 21 abril, 2021
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