Hay una pandemia causada por un virus, el SARS-CoV-2, que presenta especial virulencia y mortalidad en personas mayores y en pacientes crónicos. La enfermedad que produce ese virus es el COVID-19, del que todavía no se sabe mucho porque la ciencia requiere de pruebas, tratamiento de datos, planteamiento de hipótesis y más pruebas.
Es normal sentir preocupación por nuestros padres o por nuestros abuelos, también por los seres queridos que forman parte de la población de alto riesgo por otros motivos. Y hay gente sin escrúpulos que se aprovecha de nuestro miedo prometiendo cosas que no son. No hay alimentos que eviten que nos contagiemos de COVID-19; ahora bien, sí hay nutrientes que no deben faltar en una alimentación saludable, y son imprescindibles para las personas mayores, en especial en esta etapa de confinamiento.
¿Cómo aumentar las defensas de nuestros mayores?
Hemos preguntado a médicos y a personas especializadas en el cuidado de ancianos y dependientes sobre alimentos para subir las defensas y otras estrategias que mejoran el sistema inmunológico. Las respuestas van a sorprender a más de uno.
Buena alimentación
No existen alimentos que aumenten las defensas salvo en el caso de que exista una carencia manifiesta de ellos. Es decir, la falta de vitamina C, por poner un ejemplo popular, repercute en el sistema inmunológico y baja las defensas. A su vez, la carencia de vitaminas A o C debilita la función protectora natural de las mucosas. Pero si nuestra alimentación cubre los requerimientos nutricionales de estas vitaminas y no hay problemas de malabsorción intestinal, el hecho de tomar suplementos no va a reforzar nuestras defensas.
Una alimentación saludable
Los famosos probióticos se deterioran al llegar al estómago, por lo reducido del pH de los jugos gástricos y no existe evidencia de que su consumo mejore las defensas porque no llegan vivos al intestino donde, es cierto, sí cumplen una función imprescindible. No obstante, ante la falta de contraindicaciones, algunos médicos sí aconsejan su ingesta tras procesos gastrointestinales severos durante unos días, o bien el consumo de yogures naturales que no hayan visto interrumpida la cadena de frío. Para que un yogur sea tal alimento, deben contener dos cepas diferentes de lactobacilos vivos.
Tener un buen sistema inmunológico
Nacemos con un sistema inmune que marca el tope al que podemos aspirar, de manera general. Si una persona se resfría varias veces al año, su sistema inmune es así y solo podrá aspirar a contagiarse con menor frecuencia y a que los cuadros cursen con menos complicaciones, pero no va a poder librarse de los catarros en épocas de frío o de epidemia.
El sistema inmune es también el encargado de llevar a cabo las reacciones inflamatorias, por lo que no convendría estimularlo demasiado frente a una neumonía producida por COVID-19 en caso de que esto fuera posible.
¿Cómo puedo ayudar?
Ahora vienen las buenas noticias y lo que sí podemos hacer por quienes más nos preocupan en estos momentos. Recuerda que si no puedes ocuparte de todo porque tengas que trabajar a porque tus padres padezcan de alguna discapacidad severa, puedes recurrir a la atención domiciliaria. En estos momentos, en general, los hogares son más seguros que las residencias o los centros de día, además verás cómo en tener a los mayores en casa ayuda a sus defensas.
Partiendo de la base de que una persona mayor lleve una alimentación equilibrada, adaptada a sus necesidades y se le realicen analíticas periódicas para detectar estados carenciales, lo que debes vigilar es lo siguiente:
Mantén a tus mayores tranquilos y contentos
Pregunta al médico de familia si considera oportuno un suplemento de vitamina D debido a la suspensión de los paseos al aire libre. La carencia de vitamina D aumenta el riesgo de infecciones y de estados anímicos complicados (tristeza, ira, insomnio…). Hay alimentos ricos en esta vitamina y hay personas mayores que no necesitarán suplementarse si pueden tomar el sol con una ventana abierta, por ejemplo, pero preguntar al profesional nunca está de más.
Asegúrate de que descanses debidamente
Asegura a tus mayores un sueño de calidad. No se conoce bien el motivo, pero se sabe que el correcto descanso aumenta las defensas de nuestros mayores.
Moverse, moverse, moverse
La actividad física adaptada a cada edad y condición también mejora las defensas y ayuda a combatir el nerviosismo o la depresión. Los mayores confinados ya no pueden dar paseos salvo que se tenga la suerte de vivir en una casa con jardín o similar, pero no deben abandonar su actividad cotidiana. Si no pueden dar paseos por casa, podrán hacer ciertos ejercicios, sencillos y adaptados. No los busques en internet, debes preguntar a profesionales del cuidado de personas mayores o a fisioterapeutas, si es que hay alguna lesión en particular.
Reducir el estrés de nuestros mayores
Reduce el estrés de los mayores confinados
. Parece una repetición, pero debemos insistir porque el estrés continuado disminuye las defensas frente a infecciones, y un confinamiento de más de un mes puede pasar factura al estado anímico de mucha gente, que deja de hacer la poca vida social que le permitían sentirse a gusto, charlando con vecinos del barrio o yendo a un centro social a leer el periódico.
Lo cierto es que un confinamiento no es lo mejor para las defensas de una persona mayor, pero se está llevando a cabo para protegerlos. Tú, como hijo, nieto, sobrino o amigo, debes animar a esa persona mayor a que se alimente bien, a que tome algún suplemento solo si realmente lo necesita y a que mantenga una actividad que, de paso, le ayude a preservar la calidad del sueño. Porque a los mayores les suele costar cambiar las rutinas y es posible que no se vean con ánimos, por eso te toca a ti convencerles con paciencia y dulzura.