La desorientación en ancianos: causas y formas de actuación
La desorientación en ancianos es algo que se produce con frecuencia en algunas personas, mientras otras alcanzan edades realmente avanzadas sin merma en su sistema de orientación. Sin embargo, los ancianos pueden sufrir una desorientación puntual con mucha más frecuencia que los adultos, y es importante saber cómo actuar en ambos casos.
Cuando el problema no es puntual y se asocia con una merma en las capacidades cognitivas, por enfermedad, medicación o simple envejecimiento, la persona necesita salir a la calle acompañada, para evitar accidentes y que termine deambulando donde nadie lo pueda localizar. En Institució Ibars ofrecemos ayuda a domicilio y acompañamiento en paseos para cubrir las horas en las que el cuidador no puede acompañar a la persona mayor o prestarle la atención constante que precisa. No obstante, vamos a explicarte cómo actuar ante una persona mayor desorientada.
Cómo se manifiesta la desorientación en ancianos
Mientras un niño pequeño puede perderse por un exceso de confianza, en el caso de las personas mayores la desorientación es menos predecible. Suele deberse a olvidos puntuales que se manifiestan de manera fluctuante y, frente al terror infantil, el anciano puede actuar con agresividad o con una pasividad absoluta que le lleva a no pedir ayuda a la gente con la se cruza.
Un abuelo sentado en un parque, mirando al infinito, puede estar descansando o haberse perdido, pero a simple vista no lo podemos saber. Lo más frecuente es que sepa dónde se encuentra, y por eso asumimos que todo está en orden.
Cuando los episodios de desorientación se deben a una enfermedad neurodegenerativa, pueden presentarse acompañados de alucinaciones o delirios. La persona afectada puede mostrarse aterrada, agresiva o completamente confundida con respecto al año en que vive. Estos pacientes requieren un trato especial para pasar a llevarlos al médico. Ante la duda, puedes pedir ayuda al 112.
Qué provoca la desorientación en mayores
La lista es larga, aunque la encabezan las enfermedades neurodegenerativas. Pero a estas tenemos que sumarle las siguientes posibilidades:
- Efecto secundario de algunos medicamentos. Los niños y los ancianos suelen presentar más efectos adversos y más severos frente a ciertos fármacos, a veces imprescindibles para el día a día de las personas mayores.
- Deshidratación, por niveles bajos de sodio y potasio.
- Fiebre muy elevada o determinadas infecciones.
- Un cambio reciente de domicilio.
- Falta de sueño.
- Una enfermedad neurodegenerativa que todavía no ha dado la cara o ha sido mal diagnosticada. Por ejemplo, la demencia senil, en las primeras etapas, se puede confundir con la depresión en personas mayores (es un poco diferente de la de los adultos jóvenes y de mediana edad).
Cómo actuar cuando una persona mayor está desorientada
Mantén la calma y contacta con el 112
Procura no gritar y mostrarte sereno. Si se trata de una persona a tu cargo, no caigas en la ira o el enojo. Cuando no conozcas a la persona, lo primero es llamar al 112.
Fíjate en si lleva una identificación con los datos de contacto
Las personas con deterioro cognitivo leve pueden llevar consigo una medalla, una chapa o una pulsera con los datos de contacto del cuidador, o con sus datos clínicos más relevantes.
Esta es una medida de precaución que adoptan muchos familiares cuando se diagnostica Alzheimer u otra demencia en fases tempranas, y la persona por el momento puede dar pequeños paseos por el barrio sola. También recurren a este método los cuidadores cuyos familiares tienden a escaparse del domicilio.
El anciano necesita una evaluación médica urgente
Sin importar la causa, ante una desorientación puntual o si encuentras a alguien que ha estado perdido y no sabe decir durante cuánto tiempo, hace falta que el anciano pase una revisión médica inmediata.
Si no eres cuidador ni conoces a esa persona, permanece a su lado hasta que llegue el personal sanitario o la policía. Si eres familia o cuidador, llévalo tú al servicio de urgencias.
La desorientación en ancianos es frecuente y no solo puede deberse a las enfermedades. La persona que se ha extraviado o que se muestra desorientado en su propia casa, debe ser revisada por un médico.
En caso de no poder estar todo el día pendiente del familiar a tu cargo y no contar con ayuda, puedes delegar con la atención domiciliaria, para tener unas horas para ti o para poder acudir a tu trabajo. Nosotros incluimos el acompañamiento durante paseos dentro de las posibles opciones de ayuda a domicilio.
- Escrito por Institucio Ibars
- A 7 noviembre, 2023
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