Cómo mejorar la circulación sanguínea de personas mayores
La mala circulación puede darse a cualquier edad, aunque en las personas mayores es mucho más frecuente porque los capilares se van endureciendo y no es extraño que exista algún problema de corazón.
Existe una gran diferencia entre sentir a veces los pies o las manos fríos, quizás los síntomas de mala circulación más moderador, y llegar al punto en que necesitamos mejorar la circulación de la sangre de nuestros mayores como sea, incluso con fármacos recetados por un médico, porque el problema afecta a su calidad de vida e, incluso, aumenta el riesgo de caídas y fracturas.
La pregunta es, para todas esas personas mayores que necesitan mejorar la circulación en las piernas o en las manos pero no llegan a tener una afección que requiera de tratamiento farmacológico, ¿cómo podemos ayudarles?
Síntomas de una mala circulación sanguínea
Además de sentir frío a menudo en pies y manos, a veces en todas las piernas, hay muchos síntomas que pueden ser señal de que la circulación sanguínea no es tan fluida como debería.
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- Piernas amoratadas y con edemas, fruto de que un mal retorno venoso afecta al drenaje linfático para mal.
- Presencia de varices.
- Cansancio generalizado, tendencia a la fatiga o sensación de pesadez en las extremidades.
- A veces, el estreñimiento es debida a una mala circulación sanguínea.
- Heridas o hematomas que tardan mucho tiempo en curar, si bien es normal que con la edad la regeneración de tejidos se demore.
- Si los labios o las uñas se ven cianóticos (azulados), hay que llevar a la persona afectada al hospital de inmediato. Esto lo saben bien los cuidadores de personas enfermas.
¿Cómo mejorar la circulación sanguínea de los mayores?
Con un abordaje multidisciplinar en el que muchos pocos sumen un mucho. Por supuesto, en caso de insuficiencia cardíaca es preciso medicarse tal y como prescriba el cardiólogo, aunque después estos mismos consejos también sean de ayuda.
Mantener activo el cuerpo
Los paseos son vida para nuestros mayores, incluso si padecen enfermedades coronarias. En algunos casos, no se debe llegar a la fatiga pero sí ir incrementando la distancia recorrida poco a poco.
En el caso de personas que no puedan caminar, al menos se debe intentar mantener el cuerpo activo con estiramientos, ejercicios del tren superior, rehabilitaciones o lo que esté indicado.
Todo menos quedarse postrado en la cama día tras día salvo que exista una causa de fuerza mayor, como puede ser la primera etapa del tratamiento conservador de determinadas fracturas que pueden sufrir las personas mayores, en especial quienes padecen de osteoporosis.
Alimentos que mejoran la circulación
Todo el mundo, a excepción de los alérgicos, debería consumir pescado azul al menos dos veces por semana. Esto es vital en niños y en ancianos, pues ambos necesitan dosis mucho más elevadas del ácido graso omega 3 DHA que un adulto sano. Pero el pescado azul aporta también otro ácido graso omega 3, que mejora la circulación y reduce el riesgo de accidentes cardiovasculares.
Si nuestros padres o abuelos se quejan de que el pescado azul les sienta mal, existen comprimidos de aceite de pescado tratado para no causar los típicos problemas de disfagia. En caso de alergia o dieta vegetariana/vegana, una opción sería consumir unas seis nueces cada día.
Aparte de los ácidos grasos omega 3, son importantes los antioxidantes: resveratrol, vitaminas A y E o el EPA son algunos ejemplos. La mayoría de los antioxidantes se encuentran en frutas y verduras, en especial en las que tienen colores anaranjados o rojizos.
Por último, pero no menos importante, ten presente que es normal ir perdiendo apetito con el paso de los años. Y, cuando no hay mucha hambre, si alguien vive solo tiende a comer cosas simples como pan con leche o yogures. ¿Y qué sucede con las proteínas?
Casi toda la población mayor presenta falta de proteínas en su dieta, lo que les va restando masa muscular y energía. Esto lleva a la inactividad y estamos ante un círculo vicioso. Por lo tanto, bien sea con los menús programados o bien mediante suplementos, debemos asegurarnos de que nuestros mayores toman la cantidad de proteína de calidad que necesitan cada día.
Los pescados blancos y los huevos suelen ser muy bien tolerados por quienes sufren de digestiones pesadas y son fuentes excelentes de proteínas. Otra opción es la mezcla de legumbres y cereales en una misma comida. Quienes acostumbramos a ayudar en el cuidado de personas mayores solemos preferir dejar los batidos y suplementos para los casos en los que la falta de apetito ya es preocupante, y recurrir a comida real, aunque sea en forma de purés, siempre que sea posible.
Otros consejos
Suaves masajes que vayan desde los pies y las manos hacia el tronco o los chorros de agua en una piscina climatizada, adaptada a personas con diversas patologías (las hay que incluyen aparatos de gimnasia para reducir el impacto en las articulaciones gracias al agua), ayudan con la mala circulación periférica.
Si los pies o las piernas presentan edemas, el colocarlos un poco más elevados que el tronco mejora tanto el retorno venoso como linfático aunque, ten cuidado: en caso de que el edema de las piernas se deba a una insuficiencia cardíaca, esta medida puede resultar contraproducente.
En resumen, la respuesta a cómo mejorar la circulación sanguínea de un cuerpo cansado y mayor o cómo evitar accidentes debidos a caídas propiciadas por unos pies hormigueantes o por una bajada de tensión es con paciencia y un programa completo para mejorar la higiene de vida. Y, por supuesto, con medicaciones siempre que sean necesarias.
- Escrito por Institucio Ibars
- A 12 enero, 2021
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